Intolerancia a la Histamina: Causas y Síntomas
El papel de la histamina en el cuerpo es causar una respuesta inflamatoria inmediata. Sirve como una bandera roja en tu sistema inmunológico, avisando a tu cuerpo de cualquier atacante potencial.
La histamina hace que tus vasos sanguíneos se hinchen o se dilaten, de modo que tus glóbulos blancos puedan encontrar rápidamente la infección o el problema y atacar para proteger al organismo. Esto es parte de la respuesta inmune natural del cuerpo, pero si no descompone la histamina correctamente, podría desarrollar lo que llamamos histaminosis o intolerancia a la histamina.
Debido a que viaja por todo el torrente sanguíneo, la histamina puede afectar al intestino, los pulmones, la piel, el cerebro y todo el sistema cardiovascular, lo que contribuye a una amplia gama de problemas que a menudo dificulta su diagnóstico.
¿Qué causa altos niveles de histamina?
- Alergias (reacciones de IgE)
- Sobrecrecimiento bacteriano
- Intestino permeable
- Sangrado gastrointestinal
- Alcohol fermentado como el vino, champagne y cerveza
- Deficiencia de Diamina Oxidasa (DAO)
- Alimentos ricos en histamina
Además de la histamina producida dentro de nuestro cuerpo, también hay una variedad de alimentos que contienen histamina de forma natural, causan la liberación de histamina, o bien, bloquean la enzima que descompone histamina, es decir la enzima DAO.
Síntomas de exceso de histamina
Cualquiera que sea la fuente de la histamina, cuando el nivel total del cuerpo excede la capacidad de las enzimas para descomponer, se producen síntomas de exceso de histamina. La Intolerancia a la histamina se manifiesta en una variedad de signos y síntomas tales como:
- Prurito (picor especialmente de la piel, ojos, oídos y nariz).
- Urticaria (ronchas) (a veces diagnosticados como “urticaria idiopática”).
- Hinchazón de los tejidos (angioedema) especialmente de los tejidos faciales y orales y, a veces la garganta.
- Hipotensión (caída de la presión arterial).
- Taquicardia (aumento de la frecuencia del pulso).
- Síntomas parecidos a un ataque de ansiedad o pánico.
- Dolor de pecho.
- Congestión nasal y secreción nasal.
- Conjuntivitis (irritación, lagrimeo, ojos enrojecidos).
- Algunos tipos de dolores de cabeza que difieren de los de la migraña.
- Fatiga, confusión, irritabilidad.
- En algunos casos hasta pérdida de la conciencia durante unos segundos.
- Ardor de estómago, «indigestión», reflujo.
No todos estos síntomas se producen en un solo individuo, y la gravedad de los síntomas varía, pero el patrón de los síntomas parece ser consistente para cada persona.
Para diagnosticar un exceso de histamina en el organismo puedes realizar el test básico ampliado y con el test de alergias puedes detectar una carencia de la enzima DAO y de otros nutrientes que regulan el nivel de histamina.
Analía Iglesias
analia@sibuscas.com
Relación entre el estrógeno y la obesidad
La mujer produce tanto estrógeno como progesterona. Sin embargo, existe la posibilidad de que haya demasiado estrógeno en relación con la progesterona. Hay varios factores que parecen explicar este desequilibrio, pero el factor que parece tomar mayor consideración es el que se refiere a la obesidad.
La obesidad o exceso de grasa corporal promueve la dominancia del estrógeno. Las células grasas producen estrógeno. Las mujeres de forma natural, tienen un mayor porcentaje de grasa corporal, la cual proporciona una fuente de energía para un posible bebé en desarrollo, y a su vez, es una fuente de reserva de estrógeno que podría ser necesaria para fines reproductivos. Sin embargo, el exceso de grasa y el estrógeno adicional que se produce, puede convertirse en un problema.
En los últimos años ha ido tomando fuerza la idea de que el consumo excesivo de hidratos de carbono es un importante contribuyente subyacente a los problemas de obesidad. Concretamente, estudios realizados encontraron un vínculo significativo entre los altos niveles de estrógeno, la pubertad temprana con el cáncer de mama y la cantidad de bebidas con alto contenido de carbohidratos (refrescos) que bebían las jóvenes.
Los xenoestrógenos (compuestos similares a los estrógenos) son solubles en grasa y no se descomponen fácilmente. Tienden a acumularse con el tiempo y son almacenados por el cuerpo en las células de grasa. Esto somete al cuerpo a un interminable asalto tóxico y proceso inflamatorio que altera las funciones intercelulares de las células de grasa.
Se ha comprobado que el exceso de grasa corporal altera los niveles de varias hormonas, como la insulina, la leptina y el estrógeno de tal manera que aumenta la obesidad. El estrógeno ralentiza el metabolismo y aumenta la producción de insulina, lo que hace que el cuerpo almacene más calorías en forma de grasa en lugar de utilizarlas para obtener energía. En pocas palabras, cuanto más grasa tenga, más altos serán sus niveles de estrógeno y a mayores niveles de estrógeno más nos exponemos a la obesidad.
Para comprobar si hay un exceso de estrógeno en nuestro cuerpo, puedes realizar el test de hormonas sexuales o bien para un diagnóstico más completo, utilizar el test de sistema endocrino.
Analía Iglesias
analia@sibuscas.com
Las algas, tu mejor aliado contra las carencias nutricionales
Las algas transforman, gracias a su clorofila, con la ayuda de la luz solar, el gas carbónico y el agua en oxígeno y en glucosa. Estamos hablando del proceso conocido como fotosíntesis.
Las algas extraen el CO2 de la atmósfera y expulsan oxígeno y gases sulfurosos que propician la condensación de las nubes. Gracias a ello, permiten regular el clima, disminuir el efecto invernadero y depurar el aire.
Por su alto valor nutritivo resultan ideales tanto para prevenir como para combatir enfermedades. Pero, ¿qué contienen las algas?
Las algas son un alimento muy rico en proteínas, que representan por término medio el 25% de su peso en seco. Dicha proteína es de gran calidad, ya que contienen gran número de aminoácidos esenciales, es decir, aquellos que nuestro organismo no puede sintetizar sin o que debe asimilar a través de la alimentación. Estos aminoácidos resultan fáciles de digerir debido a la particular composición de las algas, ricas en sales minerales y algunas enzimas. Debido a ello, tienen un coeficiente de digestibilidad de hasta el 95% y se digieren cuatro o cinco veces más deprisa que las proteínas animales. No contienen colesterol, grasas saturadas, residuos de antibióticos, pesticidas ni hormonas de síntesis como ocurre con la proteína de a carne.
Estos vegetales son relativamente pobres en carbohidratos y azúcares, lo que las convierte en un complemento ideal en estados de crecimiento, periodos de convalecencia, embarazo y durante una dieta adelgazante.
Entre los pocos carbohidratos que contiene, se encuentra el manitol, que es un estimulante hepático y ligeramente laxante que no incrementa la glucosa en sangre, por lo cual es totalmente apto para diabéticos.
Las algas son un alimento claramente poco calórico. Los azúcares que contienen son en su mayor parte mucilaginosos, es decir, tienen la propiedad de inflarse en el agua, pero no los asimila el organismo. Esta propiedad impide que se eleve el nivel de azúcar en sangre y, a su vez, es útil para quienes sufren estreñimiento.
Por otro lado, la toxicidad de los metales pesados a los que estamos expuestos diariamente se reduce por la presencia de los polisacáridos que contienen.
En lo referente a su contenido en grasas, las algas están por debajo del 5% de su peso en seco. Por tanto, tienen un bajo valor calórico. Los lípidos que contienen son fundamentalmente ácidos grasos poliinsaturados.
Además, las algas son ricas en:
– VITAMINAS; vitamina C, E, del grupo B (sobre todo en vitamina B12) y provitamina A.
– MINERALES; calcio, hierro, sodio, potasio, fósforo y magnesio.
– OLIGOELEMENTOS; yodo, zinc, silicio, cobalto, cromo y manganeso.
Analía Iglesias
analia@sibuscas.com
La Bromelina tiene beneficios cardiovasculares
La bromelina es una enzima digestiva extraída de la planta de la piña. Se denomina «proteasa», lo que significa que descompone las proteínas, reduciéndolas a sus bloques básicos de construcción.
Hace unos 500 años, Cristóbal Colón y su equipo «descubrieron» la piña en la isla caribeña de Guadalupe. Incluso entonces, se sorprendieron de sus usos medicinales. Los nativos usaron el jugo para ayudar en la digestión de la carne y curar dolores de estómago. Las mujeres lo usaron para embellecer su piel y los guerreros la usaron para mejorar la curación de sus heridas. Investigaciones recientes sugieren que la piña (más específicamente la bromelina, que se extrae del tallo) puede ser una de las mejores herramientas que podemos usar para ayudar a prevenir e incluso tratar enfermedades del corazón.
La investigación ha demostrado continuamente que los coágulos formados en las arterias se componen en gran parte de la proteína (fibrina). Estos coágulos también contienen partículas de diversas grasas y colesterol, pero la malla de proteína de fibrina parece ser el culpable de mantener el coágulo. La bromelina ayuda a descomponer los coágulos de fibrina.
Además, todo parece indicar que la bromelina puede ser capaz de «limpiar» las arterias de las placas ateroscleróticas antes de que estas nos lleguen a dar problemas.
Por otro lado, ha demostrado ser muy eficaz en el tratamiento de los procesos inflamatorios pero sin los efectos secundarios de la aspirina o de los antiinflamatorios no esteroideos.
De hecho, incluso para el tratamiento de la artritis reumatoide ha sido eficaz utilizando 2.250 mg de bromelina dos veces al día entre las comidas. En un estudio, más del 70% de los que participaron en el programa experimentaron resultados positivos, logrando una menor hinchazón de las articulaciones, menos dolor y más movilidad.
Cuando se toma para aliviar problemas digestivos comunes, debe tomarse después de las comidas. Mientras que, si se quiere utilizar esta enzima digestiva para la inflamación y como un sustituto de la aspirina, es mejor tomarla entre comidas.
Analía Iglesias
analia@sibuscas.com
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