¿Qué suplementos hay que tomar en la tercera edad?

Con el paso de los años nuestro cuerpo pierde la capacidad de generar vitaminas y minerales. Los suplementos en la tercera edad suponen un apoyo importante para la salud de nuestros mayores. Todas las etapas de la vida requieren de un cuidado específico. Sin embargo, cuando cumplimos años debemos complementar una dieta sana con algunos suplementos que nos permitan disfrutar de la vida con energía.
Carencias nutricionales en la tercera edad
Los mayores de 60 años conforman el grupo de personas que necesitan tomar determinados suplementos nutricionales. Un estudio realizado por el Instituto de la Alimentación de la Universidad de Navarra determinó que cerca del 30% de personas de la tercera edad presentan un estado de desnutrición o están en riesgo de sufrirlo. Esto de debe a diferentes causas:
- Problemas al masticar y disfagia.
- Dependencia para cocinar y hacer la compra.
- Soledad y falta de apetito.
- Tratamientos farmacológicos con efectos secundarios, tales como, la inapetencia.
- Menos necesidades energéticas.
Suplementos nutricionales para personas mayores

Los especialistas en salud y nutrición recomiendan la toma de determinados suplementos alimenticios en personas de la tercera edad, con el fin de suplir sus deficiencias. Algunos de los más indicados para apoyar la salud de nuestros mayores son:
Omega-3
Los ácidos grasos Omega-3 actúan como antiinflamatorios y son necesarios también para el fortalecimiento de las neuronas. El Omega-3 es beneficioso para el funcionamiento del corazón, ya que ayuda a mantener una presión arterial normal, así como controla los niveles de triglicéridos en sangre. Las personas que vayan a empezar con este suplemento nutricional de manera regular junto con la toma de anticoagulantes, deberán ajustar la medicación con su médico.
Vitamina D
La vitamina D permite fijar el calcio en los huesos, por lo que es un suplemento vital para la salud ósea de las personas de la tercera edad. De igual modo, también ayuda a modular el sistema inmune y disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas e infecciones.
Colágeno
Estamos ante una de las proteínas más abundantes de nuestro organismo, pero con el paso de los años éste va perdiendo la capacidad de producirlo por sí mismo. El colágeno ayuda a la salud del tejido conjuntivo, es decir, a los huesos y tendones. Su consumo mejora la elasticidad e hidratación de la piel, así como la salud óseo-articular.
Vitamina C
La vitamina C actúa junto con el colágeno para estimular su producción. Además, esta vitamina contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune, mejora la absorción del hierro y disminuye el riesgo cardiovascular.
Otros suplementos nutricionales que no pueden faltar en la dieta de una persona mayor son el Ginkgo biloba para estimular la memoria y la atención, los probióticos para favorecer la salud intestinal, especialmente, tras la ingesta de antibióticos y el zinc. Un mineral esencial que mejora la sensibilidad a la insulina, favorece la cicatrización de heridas y reduce el estrés oxidativo.
Fitoterapia para el hígado y vesícula biliar

La fitoterapia es la ciencia que estudia el uso de las plantas y sus derivados vegetales para la prevención y tratamiento de las enfermedades. En este sentido, la cantidad de plantas medicinales con una acción beneficiosa para el hígado y la vesícula biliar es bastante considerable. En la actualidad, existen multitud de pacientes con dolencias hepáticas que incluso se someten a intervenciones quirúrgicas, a fin de librarse de las complicaciones de su enfermedad.
Plantas medicinales para la vesícula y el hígado
El número de pacientes operados de la vesícula sigue siendo bastante elevado. Esto en algunos casos implica una serie de problemas postoperatorios como es, por ejemplo, el “síndrome postcolecistectomía” que, incluso puede llegar a requerir una nueva intervención quirúrgica. El tratamiento por medio de fitoterapia supone importantes avances en este sentido. Se trata de un recurso no agresivo que alivia de manera considerable el dolor, así como la inflamación.
Las plantas medicinales utilizadas en este caso por la fitoterapia poseen diferentes acciones:
- Acción colerética (aumento de la secreción de bilis por el hígado).
- Acción colagoga (aumento de la evacuación de la bilis por estímulo de la contracción de la vesícula biliar).
- Acción espasmolítica o antiespasmódica.
- Acción carminativa que impide la formación o favorece la expulsión de gases intestinales.
- Acción tonificante.
- Acción laxante (es frecuente que las dolencias relacionadas con la vesícula biliar vayan acompañadas de estreñimiento).

Las plantas más utilizadas son:
- Cardo mariano: es la planta medicinal más usada en el tratamiento de la hepatitis tanto aguda como crónica. En este sentido, también se ha probado la acción directa del cardo mariano sobre la membrana de las células que forman el hígado. Esto supone una mejora de los trastornos a nivel de estómago e intestino.
- Ajenjo: las propiedades medicinales de esta planta son conocidas desde hace mucho tiempo. Se ha demostrado que el consumo de ajenjo desinflama la vesícula biliar y aumenta la secreción de jugos biliares. El ajenjo también aporta importantes beneficios para el hígado; ayuda en la eliminación de toxinas para la desintoxicación y mejor funcionamiento de este órgano. Por último, señalar que esta planta también es muy útil para calmar los cólicos biliares o hepáticos.
- Celidonia: estamos ante una planta que, por lo general, ayuda a calmar los síntomas de la indigestión. Del mismo modo, limpia el hígado y la vesícula, además de ejercer una importante acción espasmódica de las vías biliares.
Otras plantas medicinales utilizadas para el tratamiento y la prevención de los problemas hepáticos son la alcachofa, la milenrama, el rábano, el diente de léon, la menta, el boldo y el espliego, entre otros.
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