Mantener tus células jóvenes a través de la autofagia

Cada célula del cuerpo contiene proteínas y otros componentes que sirven para propósitos metabólicos vitales, desde regular la función celular hasta facilitar reacciones bioquímicas.
Cuando somos jóvenes, nuestra maquinaria celular interna y su proceso de limpieza integrado (autofagia) funcionan con la máxima eficiencia. Esto permite que las células más jóvenes limpien sus desechos metabólicos.
La definición literal de autofagia es comerse a sí mismo. En este proceso, la célula consume y descompone las partes y los desechos celulares viejos.
Este proceso de autofagia normal apoya la función de los tejidos sanos y promueve la salud en general. Pero el envejecimiento y la mala alimentación contribuyen a reducir las tasas de autofagia.
A medida que la autofagia se ralentiza, se acumulan toxinas y productos de desecho metabólicos. Esta desaceleración compromete la función celular óptima.
El resultado es que la salud y la función de las células disminuyen rápidamente. Esta disminución de la autofagia se ha relacionado con muchas enfermedades de la vejez.
Maneras de estimular la autofagia
La investigación ha demostrado que durante los períodos de ayuno intermitente o restricción calórica , cuando los nutrientes son escasos, las células activan la autofagia por sí mismas. El ejercicio físico también estimula la autofagia.
A nivel celular, dos proteínas reguladoras juegan un papel clave en el control de la autofagia: mTOR y AMPK.
La proteína mTOR actúa como sensor de nutrientes. Cuando la ingesta calórica es alta y los nutrientes son abundantes, mTOR se activa y apaga la autofagia.
La inhibición del exceso de actividad de mTOR, por otro lado, puede conducir a un aumento de la autofagia (eliminación de los desechos celulares).
Dicho de otra manera, el consumo constante de calorías niega a las células envejecidas la capacidad de limpiar la casa a través de la autofagia.
El ayuno de 16 a 18 horas puede facilitar la autofagia, pero la mayoría de las personas necesitan apoyo complementario en forma de nutrientes que supriman el exceso de mTOR.
La proteína AMPK es un activador de la autofagia. Se ha demostrado que la estimulación de la AMPK mejora la salud metabólica y la vida útil de nuestras células.

Los dos nutrientes que estimulan la autofagia
Con este conocimiento, los científicos se propusieron descubrir formas eficaces de estimular la autofagia y comprobaron la existencia de dos nutrientes que pueden estimular la autofagia: el flavonoide luteolina y la piperlongumina,
–La luteolina pertenece al grupo de flavonoides de nutrientes vegetales. Se encuentra en varias frutas, verduras como el brócoli y hierbas como el perejil, la manzanilla, el tomillo, el diente de león, el apio o la cola de caballo.
Se ha demostrado que la luteolina aumenta la actividad de AMPK e inhibe la señalización de mTOR. Este efecto activa la autofagia y con ello se mejora el metabolismo celular.
–La piperlongumina es un compuesto aislado de la planta de pimiento largo.
Al igual que la luteolina, se ha demostrado en estudios de cultivos celulares y animales que la piperlongumina activa la autofagia al inhibir la señalización de mTOR y activa AMPK.
Pero la piperlongumina fomenta la autofagia de otra forma distinta a la luteolina.
Una proteína conocida como beclin-1 es un importante activador de la autofagia.
Otra proteína, llamada Bcl-2, se une a beclin-1 y bloquea su capacidad para iniciar la autofagia.
La Piperlongumina provoca la liberación de beclin-1 y bloquea la Bcl-2, lo que permite activar la autofagia.
Así pues, la luteolina y la piperlongumina son prometedoras para maximizar la autofagia saludable, rejuvenecer las células y mantener su función óptima.
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