El estrés crónico

El estrés, un factor que hoy por desgracia está muy extendido, es una respuesta fisiológica normal del individuo ante determinadas situaciones que éste percibe como “peligrosas”, es en principio una reacción buena y que permite a cualquier individuo adaptarse a su entorno gracias a un mecanismo neuro-endocrino. No obstante el exceso de información en el sistema y el mantenimiento de estas situaciones conducen a la persona a situaciones de estrés continuado y patologías concretas.

Cuando las agresiones que percibe el individuo son excesivas, esto da lugar a una serie de respuestas patológicas en la persona y que deben ser tratadas. Estas agresiones son habitualmente de tres tipos:

  • Traumatismos físicos
  • Perturbaciones sensoriales
  • Alteraciones emocionales.

Y en cada persona habrá unos determinados umbrales de resistencia a este problema, dependiendo de su sensibilidad, su experiencia y sus características personales.

Cuando se desborda la capacidad del individuo para controlar esas agresiones entramos en un estado de estrés crónico, se han alterado los sistemas nerviosos central y vegetativo y el sistema hormonal causando diversas alteraciones, una de ellas después de un estrés prolongado es la distonía vegetativa. Esta es una reacción en la que se reacciona de forma exagerada ante cualquier estímulo por más leve que sea, el sistema nervioso funciona de forma inadecuada y la persona presenta dolores de cabeza, cansancio, alteraciones del sueño, vértigos, etc.

Proceso del estrés

Hans Selye (1907-1982), inventó por mera casualidad la idea del Síndrome de Adaptación General (SAG), sobre el cual escribió en el British Journal Nature en el verano de 1936, definió tres fases:

  • La reacción de alarma, fugaz y que nos permite analizar la situación.
  • La fase de resistencia, es más o menos larga pero depende del factor estresante y de la persona
  • La respuesta de adaptación. Se vuelve a la homeostasis y al equilibrio, desapareciendo los síntomas.

Esto sería el proceso normal en donde habría además un feedback positivo, que nos prepararía para futuras experiencias similares, pero ¿Qué ocurre si os mecanismos de adaptación están desbordados?. Pues sencillamente que el organismo llega a una fase de agotamiento orgánico, que es ya una mala respuesta al estrés y además algo muy común en nuestros días. Empieza el síndrome de desadaptación con sus innumerables síntomas: ansiedad, nerviosismo, insomnio, angustia, miedo y envejecimiento acelerado entre otros.

Todo se origina en nuestro cerebro, una vez que la información llega allí hay dos vías:

  • El estrés agudo, por un peligro percibido inesperadamente.
  • El estrés crónico, que se da en personas con actitud de ser dominados o que han perdido el control sobre la situación que provoca el estrés.

Los mecanismos endocrinos que utilizan ambas vías son diferentes:

  • El estrés agudo o vía adrenérgica implica la recepción de un mensaje por parte del cerebro a las glándulas suprarrenales para que segreguen adrenalina que prepara el cuerpo para la acción. Esto comporta cambios en el cuerpo tendentes a dar su máximo rendimiento físico y mental, cambios cardiovasculares, respiratorios, metabólicos etc.
  • El estrés crónico o vía cortisólica sin embargo lleva una vía diferente ya que es la hipófisis la que estimula la glándula corticosuprarrenal que a su vez segrega cortisol para mantener una glucemia constante. Cuando esto se produce de forma no fisiológica sino cuando es ya un mecanismo descontrolado y constituye una patología, el índice de cortisol puede permanecer elevado a lo largo de todo el día, pudiendo provocar:
    • Una mayor probabilidad a padecer enfermedades inflamatorias y alérgicas.
    • Una alteración de las funciones hormonales sexuales.
    • Se da la llamada fatiga adrenal, artículo de kinepharma de 21 de Enero » Qué es la fatiga adrenal«.

Además este exceso de cortisol altera a los receptores de serotonina provocando insomnio y depresión, esto puede estar potenciado por un exceso de radicales libres. Los síntomas del estrés crónico son entre otros:

  • Alteraciones digestivas
  • Aumento de peso
  • Debilidad inmunitaria
  • Diabetes y síndrome metabólico
  • Cansancio crónico
  • Pasividad
  • Alteraciones cutáneas y de memoria

Nutrición y suplementación

Las proteínas son esenciales para la renovación de los tejidos neurológicos. Wurtman descubrió la importancia de los aminoácidos en la síntesis de los neurotransmisores, en especial el triptófano necesario para la síntesis de serotonina y melatonina, la fenilalanina que junto con la tirosina son muy importantes en la síntesis de la dopamina y noradrenalina, y el ácido glutámico para la síntesis del GABA.

Es fundamental que además complementemos con vitaminas antioxidantes ya que si no podrían no ser funcionales los receptores de estos neurotransmisores por el ataque de radicales libres.

Además serían necesarios ácidos grasos esenciales y fosfolípidos ricos en colina ya que favoreceremos la fluidez de las membranas celulares y por tanto del funcionamiento neuronal.

Por último añadiríamos vitaminas del grupo B y oligoelementos en especial, zinc, hierro, magnesio, calcio y cobre que ayudarán en la regulación de los neurotransmisores.

Testaje

Para el testaje kinesiológico podremos usar los kits de testaje de sistema endocrino en donde comprobaremos el estado alterado del sistema hormonal y los niveles de cortisol y de adrenalina y de los neurotransmisores anteriormente citados. Además podremos ver la necesidad de algún aminoácido necesario para el paciente y fundamental en estos procesos, con el kit de testaje de aminoácidos.

Ángel Salazar.

Kinepharma.

 

 

 

 

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