Metales pesados

La expresión » metales tóxicos » o simplemente “tóxicos” sirven también para describir la de metales pesados. En ellos se considera el conjunto de los metales y los metaloides que presentan un carácter eminentemente tóxico para la salud y el medio ambiente: plomo (Pb), mercurio (Hg), arsénico (As), cadmio (Cd), níquel (Ni), zinc (Zn), manganeso (Mn), etc.

Los considerados como extremadamente peligrosos para el hombre son el plomo, el mercurio, el arsénico y el cadmio. Otros como el cobre, el zinc, el cromo sin embargo necesarios para el organismo en pequeñas cantidades, pueden volverse tóxicos a dosis más importantes.

La contaminación por ellos depende de numerosos factores entre los cuales está la naturaleza del suelo y su acidez. No olvidemos que al final el hombre y el medio ambiente son lo mismo, todo lo que contamina a uno pasa al otro de forma casi inmediata.

En los suelos ácidos, pobres en humus, estos elementos tóxicos no se acumulan. Son filtrados y transportados hacia las capas freáticas y los ríos y / o absorbidos por las plantas y presentan entonces un riesgo para la salud.

Por otro lado los suelos básicos ricos en humus atrapan estos metales pesados, eliminando el riesgo inmediato para la salud, aunque el suelo está contaminado de forma duradera y la concentración en elementos tóxicos aumenta con los años. Lo que ocurre es que son filtrados cuando el medio ambiente se modifica (acidificación del suelo bajo el efecto de los cambios de temperatura, de humedad, etc.) y constituir así una verdadera bomba de efecto retardado para nuestra salud.

Una vez libres en el medio ambiente, pueden persistir durante años, aumentando la probabilidad de intoxicación humana. Se encuentran principalmente en las aguas residuales, industriales y municipales (Cd, Cu, Pb, Zn), las precipitaciones atmosféricas, y las aguas que provienen de la actividad agrícola (Hg, Cu, Pb). Los alimentos en general, las verduras, los cereales, las frutas y los peces, entre otros pueden estar contaminados por acumulación del tóxico a partir del suelo o del agua.

Estos tóxicos también pueden acabar filtrándose a nuestro medio ambiente a través de procesos naturales. Por ejemplo depósitos geológicos de arsénico que contaminan las capas freáticas y se encuentran en dosis no tóxicas en el agua que bebemos.

Los metales presentes el medio ambiente son necesarios para el funcionamiento normal de las plantas y de los animales, siempre y cuando desempeñan un papel importante en la transformación de la materia, principalmente en los mecanismos enzimáticos y se den en concentraciones débiles (oligoelementos), lo que tiene generalmente un efecto positivo y estimula la actividad de los organismos vivos.

Formas de contaminarse

Los hombres están expuestos por:

  • Consumo alimentario principalmente pescados,
  • Amalgamas dentales,
  • Vacunas ya que el excipiente puede ser hidróxido de aluminio o mercurio,
  • Inhalación a través del aire,
  • Consumo de agua contaminada,
  • Exposición a suelos contaminados y
  • por residuos industriales serían las principales fuentes de contaminación.
  • A través del traspaso de la madre al feto por la placenta.

Se acumulan en el organismo y modifica los equilibrios y los mecanismos biológicos, provocando efectos tóxicos a corto y\o a largo plazo. Pueden afectar el sistema nervioso, las funciones renales, hepáticas y respiratorias,… Los efectos provocados por los metales pesados son diversos y también dependen del estado químico bajo el cual se los encuentra (metal, óxido, sal, etc). El ejemplo más claro como demostro el Doctor alemán Alfred Stock, son los sintomas provocados por el mercurio, de los más peligrosos, entre ellos fatiga, depresión, irritabilidad, vértigo, amnesia, inflamación bucal, diarrea, inapetencia, catarros crónicos (inflamación de mucosa).

En este punto hay que recordar que una forma muy generalizada de contaminación es la extracción de amalgamas de mercurio-plata sin el protocolo adecuado. Es muy importante hacerlo con sumo cuidado y en el momento en que nuestro organismo este preparado para ello.

Metales pesados y cándidas

Desde el punto de vista Kinesiológico hay mucha relación entre cándida y metales pesados, las cándidas siempre vuelven y una de las razones más frecuentes es porque hay metales pesados. La cándida mantiene los metales pesados en forma diluida, o más bien el PH ácido que mantiene a la cándida favorece ese estado en aquellos.

Por ello primero hay que tratar el metal pesado y luego la cándida. Si no, el metal pesado se fija en el mesénquima y debilitará y confundirá nuestro sistema inmunitario, con lo cual facilitará el regreso de las cándidas.

Como ya dijimos la acidez mantiene el metal pesado en suspensión con lo que tratar el PH demasiado rápido tiene el mismo efecto que tratar la cándida antes. Por ello siempre hay que eliminar antes los metales pesados. Normalmente el PH se va a arreglar a los dos o tres meses.

Testaje

Los metales pesados además sabotean siempre los demás tratamientos, por ello el primer test debe ser siempre primero para ellos, la ampolla general que lo testa es la de Mercurio subilis 30DH, contenida en un test básico. Para averiguar que metal o tóxico específico es el que nos afecta debemos utilizar el test de toxinas.

Tratamiento

Lo primero que hacemos es limpiar el mesenquima con algo efectivo. Los productos quelantes más importantes son:

  • Chlorella. Uno de los más efectivos, limpia de metales pesado y otros tóxicos.
  • Espirulina
  • Rumex cripus: Que limpia además de metales pesado, otros tóxicos ambientales, pesticidas y productos químicos.
  • Ajo
  • Vitamina C
  • N-Acetilcisteina y otros Aminoacidos azufrados: Como Metionina, Glutamina, Taurina,
  • Toroxina, fenilalanina
  • MSM (Metil Sulfonil Metano): Que tiene un elemento de azufre activo que se fija al metal. También ayuda al hígado y a la piel.
  • Eliminex (de laboratorios Lambert): Porque trabaja en el intestino y limpia los grandes tóxicos como plomo, fenoles y formaldehido.
  • DMPS: Esencial para el mercurio, pero no deben tomarlo los que tengan amalgamas (es lo más fuerte y no se puede dar más de una dosis diaria).
  • Zinc y selenio: Antioxidantes y quelantes.
  • Yellow Dock: A nivel intestinal para el cadmio.
  • Vinagre de manzana: Buen quelante para el aluminio.

Es fundamental beber mucha agua en el proceso de limpieza, en torno a tres litros diarios y usar drenadores, como bereberis, solidago y galium homeopáticos para limpiar todos los elementos que vamos extrayendo de la célula y ayudar a eliminarlos del organismo.

Angel Salazar
Kinepharma.

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