El asma y su tratamiento kinesiológico

El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias cuyo síntoma principal es la inflamación y la hiperactividad de las mismas. En personas con asma las vías respiratorias están hinchadas por la inflamación lo que provoca una sobrerreacción a la inhalación de cualquier sustancia, por ello se presentan muy frecuentemente en personas alérgicas.

Cuando se produce esta reacción, los músculos que las rodean se contraen. Esto hace que las vías respiratorias se  estrechen y por tanto que llegue menos aire a los pulmones. La inflamación acentúa el problema lo que estrechará aun más estos conductos. Las células de esta zona pueden producir más mucosidad de lo habitual. Este líquido pegajoso y espeso puede estrechar más las vías respiratorias. Este proceso ocurre fundamentalmente en los conductos más finos manifestándose más problemas por el estrechamiento descrito.

El asma afecta a personas adultas, pero muy especialmente es una enfermedad que la presentan los niños. A su vez los factores que producen el asma son diversos, y muchos aún desconocidos. En  la mayoría de casos el asma es crónica e incurable, por ello aprender a convivir con ella resulta indispensable.

Los ataques asmáticos

La crisis asmática suelen ocurrir en primavera o en otoño, o en condiciones climáticas adversas, como tormentas, lluvia y en otros casos sólo el aire frío puede ocasionar este mal. Los ataques asmáticos se manifiestan con la aparición puntual y aguda de tos, presión en el pecho, silbidos y fuerte sensación de ahogo.

A veces es causado, igualmente, por la hiperventilación, algunos medicamentos o químicos, el ejercicio físico extenuante, bajadas de azúcar, infecciones de las vías respiratorias (bronquitis), las emociones intensas y emotivas (ansiedad, preocupaciones y angustias), el pelo de animales y en general todo lo que produzca hiperreacción de vías respiratorias o alergia, puede provocarlo.

Los síntomas del asma más comunes son:

  • Puso alto de 90 pulsaciones por minuto ó más.
  • Tos y expectoración.
  • Dificultad al respirar.
  • Silbidos al exhalar el aire y no al inhalarlo.
  • Disnea o fatiga

Para intentar mitigar los ataques asmáticos debemos evitar todos los factores que hemos descrito y que pueden desencadenar una crisis. Para ello controlar los agentes contaminantes del aire, así como nuestra relación con mascotas o el ajustar la realización de nuestra actividad física a nuestros condicionantes particulares son elementos esenciales a llevar a cabo.

Del mismo modo, también resulta esencial para controlar los ataques de asma la temperatura a la que nos sometemos, nuestra exposición a situaciones climáticas no benignas como las tormentas o la ingesta de alimentos o medicamentos a los que seamos alérgicos, pues todo ello, y entre otros, también son factores que pueden influir en la mayor presencia y virulencia de los ataques de asma.

Por último, mencionar que determinados estados anímicos negativos o un mal estado psicológico en general puede resultar un desencadenante importante para los ataques de asma.

Hay una serie de remedios caseros que pueden ser buenos en esta patología:

  • Preparar una tisana con tres gramos de pétalos de amapola en un litro de agua hirviendo y tomarse dos cucharadas cada hora.
  • Hacer vapores de hojas de salvia secas y ligeramente picadas.
  • Aplicar un cataplasma de barro caliente sobre el pecho por 20 minutos sin que se enfríe y enjuáguese con agua caliente.
  • Tomar baños de sol donde no corre mucho viento y puede aprovechar mejor los rayo solares.

Testaje

El test lo realizaremos con el kit de enfermedades de aparato respiratorio y en concreto con la ampolla de asma, también veremos si la causa es una bronquitis u otro motivo que afecte al sistema respiratorio como neumonía, enfisema, etc.

 

Angel Salazar (angelsalamag@gmail.com)

Kinepharma.

 

 

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