Problemas digestivos: Ataque de hígado

Hace unos días una paciente diabética nos comentó que tenía problemas en el hígado, ya que presentaba dolor abdominal en la zona del hígado, se quejaba de dolor de cabeza sensación de estar llena, molestias como eructos con sabor a huevos, nauseas, vómitos y sensación de malestar general. Le habían comentado unos amigos que lo que le ocurría era un “ataque de hígado”. Como presentaba dolores y molestias en esa zona, ella atribuyó rápidamente el problema a ese órgano.

Lo que ha venido en llamarse popularmente ataque de hígado no tiene realmente nada que ver con este órgano sino más bien con problemas digestivos ocasionados por la vesícula y el intestino grueso.

A partir de los 40 es muy común la formación de cálculos en la vesícula, estos generan dolor y fluctuaciones en la producción de bilis, por lo que deben evitarse las comidas muy grasas. Además en personas con sobrepeso, diabetes, cirrosis hepática es más frecuente la formación de estas piedras. Esto forma parte inicial de este problema, veamos cuales son todas sus causas.

Proceso de ataque de hígado

Como ya sabemos la bilis es la responsable de hacer digeribles las grasas, haciendo que sean solubles en agua, ya que actúa como el jabón, posibilitando su asimilación por parte del intestino.

Esta paciente había comido un exceso de grasas y almidones el día anterior, pero debe entenderse que lo que para una persona es mucha grasa para otra no, depende de su salud hepática y biliar, si como es este caso la persona tenía problemas de cálculos biliares (que desconocía) cualquier pequeño exceso de grasa ya suponía un problema.

Esto provoca que la vesícula biliar y el hígado fabriquen mucha bilis, lo que unido a la ingesta de almidón es responsable de esta patología. Porque el almidón nunca se digiere en su totalidad y el sobrante no digerido, al llegar al intestino grueso es metabolizado por sus bacterias, ya que es el alimento ideal para ellas, lo que produce una fermentación que produce gases.

Al mismo tiempo al colon llega la bilis sobrante y, recordemos, la bilis actúa como el  jabón.  Cuando juntamos jabón diluido en agua y gases, es bien conocido que se produce espuma, y una espuma formada por burbujas de pequeño tamaño. Esta “espuma” hincha el intestino grueso, produciendo el primer síntoma al día siguiente, la distensión abdominal.

Además provoca que los movimientos peristálticos en el intestino grueso sean poco efectivos, por lo que deben trabajar en exceso los músculos de este órgano, este problema se hace más manifiesto en el ángulo hepático, la zona donde se forma el pliegue más agudo del colon, al lado del hígado y donde más se agrava este problema. Por lo que presentaba dolores abdominales en la zona derecha a la altura de este órgano. Confundiendo esto a muchas personas, que hablan de «dolor en el hígado».

Además la intolerancia alimentaria a los almidones en muchísimas personas explicaría el problema de los dolores de cabeza, nauseas y vómitos.

Testaje

Para el testaje utilizamos el kit de enfermedades de hígado y vesícula biliar, en el que nos salió la ampolla de cálculos biliares y la de colecistitis que es una inflamación de la pared de la vesícula biliar que se caracteriza por dolor en el cuadrante superior derecho, el cual puede ser tipo cólico o punzante.

Para ello, nuestra recomendación, a parte de una limpieza de hígado del tipo Hulda Clark, para limpiar las piedras de la vesícula y del hígado, es hacer una dieta baja en grasas y almidones y nunca, nunca la superabundancia y mezcla de ambos, sobre todo por las noches, ya que hemos visto que la mezcla es explosiva.  No obstante conviene además usar para los cálculos las siguientes plantas:

  • Lino: Antiespasmódico, sedante, antiinflamatorio.
  • Manzanilla romana: Antiespasmódico, sedante.
  • Argentina, Boldo, Pasionaria.

Otros remedios y consejos serían:

  • El té de limón. Poner a hervir un limón con cascara cortado a la mitad, lavado en agua. Se pone en el fuego hasta que hierve, luego cuando se saca del fuego, se bebe tibio quitando parte de la pulpa para darle más fuerza. Se puede tomar 2 veces al día.
  • Beber agua mineral y agregarle zumo de limón para que ayude a depurar el hígado y se resuelva más rápido esta afección.
  • Beber zumo de limón, pomelo o naranja es realmente bueno para depurar, en especial por la mañana.
  • Las infusiones de laurel, menta o manzanilla también son útiles para los ataques de hígado. Se puede tomar 2 o 3 veces al día estas infusiones.
  • Seguir una dieta de alimentos ligeros y frescos, fundamentalmente verduras y frutas que no sean abundantes en almidones (patata, batata, etc.) por unos días es fundamental para poder recuperarnos rápido del ataque de hígado. También el pollo, pescado y el arroz son algunos de los alimentos mas recomendados. Todos los alimentos deben ser preparados sin salsas, aderezos, ni nada pesado para que resulte fácil su digestión.
  • Cuidado con los productos coleréticos, ya que provocan una mayor producción de bilis que puede agravar el problema, por lo que conviene evitarlo durante el tiempo que dure el problema. Ejemplo de ellas son: tilo, olivo, menta, agracejo, alcachofera, fumaria, boldo, rábano, diente de león, ajenjo, centaura menor, cúrcuma, genciana entre otras.

Este problema se puede evitar comiendo moderadamente y analizando que combinaciones hacemos, porque a veces no es la comida de un día lo que lo provoca, sino la de varios. Si tenemos pensamiento de hacer una comida pesada, debemos tomar después de la misma, un te digestivo.

Ángel Salazar (angelsalamag@gmail.com).

Kinepharma S.L.

 

 

 

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